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Economía Social e Innovación Tecnológica

Economía Social e Innovación Tecnológica

Es frecuente que quienes ven de lejos la Economía Social la asocien particularmente a empresas de poco valor agregado. El mismo término de Economía “social” pareciera ahuyentar su relación con procesos de innovación tecnológica. El propósito de este artículo es establecer que la Economía Social y la Innovación Tecnológica van y deben ir de la mano, ser punta de lanza en muchos sectores productivos.


La Economía Social es “una otra” economía que se rige por principios y valores distintos a la economía dominante: se establece la importancia de arraigar el dinero y talento en el territorio; de tomar decisiones democráticas; de que los participantes en las empresas tengan propiedad, voz y voto; y, sobre todo, que el trabajo asociativo tenga prioridad sobre el capital. Estos principios debieran regir tendencialmente en todos los ámbitos de actividad económica: privado, público y social.


Es cierto que muchos desarrollos tecnológicos tienden a generar dependencias indeseables e incluso nocivas, como puede ser el caso de pesticidas para los transgénicos. Esto nos previene para adoptar el mejor enfoque de innovación tecnológica según el ámbito productivo y la escala. El grupo Mondragón del País Vasco, tiene empresas cooperativas de altísima tecnología, que soportan con centros de investigación e innovación de calidad mundial. Este es un caso de gran escala y de ámbitos que requieren tecnología de punta. En este ejemplo se impone la idea de insertarse en la discusión científico-tecnológica global y ser parte activa de ella. Este es un nivel que no tiene por qué ser ajeno a las empresas de Economía Social. Es imperativo que se propicien centros cooperativos de desarrollo tecnológico de alto nivel en alianza con gobiernos, universidades, empresas de Economía Social y con la participación de los NODESS (Nodos de Impulso de Economía Social y Solidaria). Los principios de Economía Social aportan perspectivas diferentes de equidad y de divulgación a estos desarrollos tecnológicos.
En otras escalas, en las micro y pequeñas empresas, se puede plantear el concepto de innovación frugal. Se trata de desarrollar esquemas de innovación que se vinculen con procesos de desarrollo científico y tecnológico en marcha en el mundo, pero que lo hagan buscando: alto impacto socioeconómico, bajo costo de inversión, producción, y facilidad de aprendizaje.


En este marco se encuentran iniciativas globales como los llamados FABLABS (Laboratorios de fabricación digital). Estos laboratorios permiten el uso de tecnologías novedosas, como el Arduino (sistema electrónico de fácil diseño, a la manera de un lego) que es aplicable a muchos productos y procesos; la impresión 3D; el escaneo y fácil producción de piezas a partir del mismo; el diseño digital y producción de una gran variedad de productos: robots, muebles, brazos para prótesis, ropa, juguetes, entre otros. La infraestructura de los FABLABS, no es costosa y está en permanente evolución.

Forma parte de una red viva mundial que comparte sus avances, que se rige por el sistema abierto (open source) con lo que los diseños de cualquier parte del mundo quedan, sin costo, a disposición de la red. También incluye procesos formativos globales como la Fabacademy, en la que participan personas de todo el mundo en un proceso de inventar y hacer funcionar una máquina que resuelva un problema. Los FABLABS se pueden instalar en lugares remotos y en cualquier rincón. Los hay en zonas rurales de la India, en complejos industriales automotrices o en colonias de cualquier ciudad del mundo. Es cierto que es importante salvar algunos obstáculos para participar activamente en esta red.

Es recomendable el conocimiento del idioma inglés, que da facilidades de acceso a proyectos y procesos. Es importante un nivel de organización entre empresas sociales, microempresas, pequeñas empresas, que pudieran cooperativizar sus inversiones tecnológicas. También se recomienda participar en procesos de formación e información adecuados para operar los FABLABS. Desde luego asegurar acceso de Wi-Fi.
En México tenemos ya varios FABLABS, en la Universidad Iberoamericana de Puebla (FABLAB-PUEBLA), uno de los pioneros; en el barrio de Analco en la ciudad de Puebla, lo conduce la cooperativa FABANALCO. También hay muchos más desde Ciudad Juárez en Chihuahua, hasta Mérida en Yucatán y Felipe Carillo Puerto en Quintana Roo, entre otros.

“Una Otra” Economía es posible y, con innovación tecnológica, puede ser punta de lanza de un futuro distinto de los desarrollos regionales, y del trabajo en el país.

Javier Sánchez Diaz de Riviera

Los laboratorios de fabricación digital reducen costos, permiten realizar prototipos con rapidez y permiten solucionar muchos problemas que antes eran de fabricación compleja.
Avanzar hacia la innovación tecnológica asociada a la Economía Social es posible y fundamental. Hay varios caminos para desarrollar esta perspectiva. Uno es el asociarse a esta red de FABLABS o redes similares con principios cooperativos, como el compartir conocimiento, plataformas y aplicaciones, o el desarrollar talento local. Otro camino es cooperativizar, como se comentó anteriormente, centros de innovación en diferentes escalas entre empresas sociales en una localidad o región. Esto puede suceder con el apoyo y vinculación con centros universitarios que cuentan con recursos tecnológicos y humanos para participar en estas redes cooperativas de innovación. También sería importante crear un inventario de innovaciones tecnológicas que ya suceden en muchas empresas sociales en nuestro país y ponerlo a disposición en una red de innovación para la Economía Social.